Un día en la vida de alguien con discapacidad auditiva

Alguna vez te has preguntado, ¿cómo es la vida de una persona con discapacidad auditiva y cuáles son los obstáculos a los que se enfrenta en su día a día?

En una mañana cualquiera si tienes pérdida auditiva, no podrás escuchar la alarma del despertador ni el ruido de las demás personas que ya se levantaron, continuarás dormido a menos que tu alarma tenga modo de vibración o alguien te sacuda para avisarte que ya amaneció.

Si suena el teléfono no lo contestarás, porque no puedes escuchar el timbre y si tu pérdida de audición es grave, tampoco entenderás la conversación de las personas a través del auricular.

Si asistes a una reunión en la que se encuentren varias personas, no podrás seguir la plática y si el lugar tiene la música con el volumen alto, la situación empeorará.

Si alguien te habla y te encuentras de espaldas, no te darás por enterado.  Si la persona que te está hablando se tapa la boca o se voltea, será suficiente para que no puedas entender lo que te dijo.

Cuando alguien quiere decirte un secreto y te susurra al oído, será un secreto perdido.

Si caminas por la calle y no te diste cuenta que venía un coche porque su conductor te lo anunció con el ruido del claxon, podrías terminar lastimado.

Entender a los empleados de caja cuando te cobran, resulta un acertijo, ya que los números a veces se leen igual, como el sesenta y setenta.

Y algo tan disfrutable como comer en un restaurante, puede desencadenar momentos muy molestos, porque no escuchaste cuando el mesero te repitió la orden, misma que él apuntó mal y cuando llega tu comida, ¡oh desilusión!

La que nunca falta es cuando uno responde de manera inadecuada, ya que todos estaban hablando de otra cosa, pero nunca te enteraste cuál era el tema.

La discapacidad auditiva nos hace sentir avergonzados, humillados, torpes e incapaces de poder hacer las cosas más sencillas.

Y tú, ¿te has sentido así alguna vez?