«Lamentablemente, no tengo buenas noticias…»
Quizá ya lo presentías, hacía tiempo que algo no andaba bien, te habían dicho que le subías mucho al volumen de la tele o que gritabas al hablar, pero aún así el diagnóstico siempre es un golpe inesperado.
El mío fue como una cubetada de agua fría, tuve que confrontar el hecho de que había perdido audición, y que ésta seguiría deteriorándose hasta el punto de que en un futuro no muy lejano, me internaría en el silencio.
Iosu Cabodevilla, en su libro, «Vivir y Morir Conscientemente», dice que cada pérdida acarreará un duelo, y que la intensidad del mismo no depende de la naturaleza de lo que se perdió, sino del valor que se le atribuye.
Esto quiere decir que a toda pérdida le corresponde un proceso de duelo, y según la Dra. Elisabeth Kübler Ross, dicho proceso consta de 5 etapas, que son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
La Negación
“Esto no me puede estar pasando a mí”, es el primer pensamiento que nos invade cuando nos dan un diagnóstico tan negativo.
Recuerdo que aquel día en que el doctor me explicaba que había perdido mi audición, yo me defendí respondiendo:
-No la he perdido porque te estoy escuchando.
Él se cubrió la boca y murmuró algo, después la descubrió y me dijo:
-No me estás escuchando, me estás leyendo los labios.
La Ira
-¿Por qué a mí?, pregunté mil veces.
En alguna ocasión alguien me dijo:
-No preguntes, ¿por qué a mí?, pregunta, ¿para qué?
Y así lo hice, pregunté mil veces, ¿para qué?, pero no obtuve respuesta.
La Negociación
Entonces dejé de preguntar y me dediqué a buscar las respuestas dentro de mí. Cambié mi alimentación y me aislé por completo, evitaba cualquier evento social por temor a que mi audición se deteriorara aún más.
Me repetía una y otra vez que yo antes de venir al mundo, había elegido esta experiencia.
No me quejaría más y permitiría que el silencio me abrazara.
Depresión
Pero cuando el silencio me abrazó, conocí la soledad.
Sí, ¡claro ya lo sé, yo había elegido esta experiencia!… ¿Según quién?
Aceptación
Finalmente me entregué al dolor y al silencio.
Y hoy después del dolor, después del silencio, me invade un sentimiento de paz, por fin entendí que todo lo que sucedió, tenía que ser así.
“Estás aquí para encontrar tu propio camino y entregarte a él con cuerpo y alma.”
Buda
Lilian, me encanta como escribes y como te expresas de tu enfermedad. Eres un ejemplo a seguir y ojala que esto le sirva a mucha gente, que creo que lo necesita. Muchos saludos, un abrazo y beso con mucho cariño!!!!
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