Es verdad que la base de toda buena relación es la comunicación y que escuchar atentamente es el primer paso para lograrlo.
Cuando perdí mi audición, mis hijos eran pequeños y me costaba mucho trabajo entender sus voces y leer sus labios. El sentimiento de ser una mala madre apareció y junto a él la sensación de perderme de todas aquellas experiencias tan maravillosas que ellos trataban de compartir conmigo.
Sus pláticas comenzaban con un: “mami, ¿qué crees que me pasó hoy?”, seguido de un bla bla bla, que era imposible de entender.
En alguna ocasión mi hija me contaba una historia y a la mitad de su narrativa dejé de entender lo que me decía, ella se dio cuenta y me preguntó, “¿estás escuchando mi historia?”
Yo le contesté, “sí pero ya me fui.”
“¿A dónde mami?”, me cuestionó.
“A mi mundo”, le respondí.
“¿Cómo es tu mundo, me invitas?, me suplicó.
En ese momento no pude explicarle cómo era mi mundo, el cual recuerdo solitario, pero su petición me llevó a buscar la forma para quedarme en el suyo.
Si eres un padre con discapacidad auditiva, te recomiendo crear un método para que no te pierdas una sola conversación con tus hijos. Pídeles que:
- Te hablen siempre de frente viéndote a la cara.
- Toquen tu hombro si no te diste cuenta que te están hablando, nunca permitas que te golpeen para llamar tu atención.
- Repitan lo que están diciendo si no entiendes, en una buena comunicación no se vale el “no importa” o “ya olvídalo”, hazles saber que es muy importante para ti entender todo lo que te están contando.
- No te hablen todos al mismo tiempo, cada quien tendrá su turno.
También resulta útil explicarles aquellas situaciones en las que no podrás atenderlos, por ejemplo, cuando ellos se encuentren en el asiento trasero mientras conduces tu automóvil o cuando alguien más te está hablando.
Resulta muy difícil entender la voz de un niño, pero te recomiendo que no finjas que entendiste si no fue así, es mejor detener la plática y recordarle que para ti implica un esfuerzo extra escuchar y lo importante que es para ti entender lo que te está diciendo.
Y tú, ¿cómo escuchas a tus hijos?
Muy buenos consejos para darles a los hijos (y nietos, agregaría yo) para que un padre o abuelo los pueda oír mejor. Gracias por compartirlos.Tomaré nota.
Creo que también sería bueno hacer una especie de Instructivo para Adultos, ya sea extraños, familiares o amigos, que quieran comunicarse con nosotros.
Aunque la sordera no es fácil de entender, y de que es desgastante tratar de comunicarse con un sordo, nos hiere que además del «No importa» y «olvídalo», nos hagan gestos y caras de enojo y desesperación, o se nieguen a poner por escrito lo que quieren decirnos.
Son desprecios o desaires que duele que nos hagan.
Muchas gracias por el artículo, Lilian. Un abrazo.
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