Durante algún tiempo pude guardar en secreto mi pérdida de audición.
Sin embargo, el tiempo pasó y la pérdida se fue haciendo más grave, hasta que llegó el día en que no pude seguir escondiendo lo que me sucedía, pues era evidente, y decidí comenzar a compartirlo.
Recuerdo que en una de las primeras ocasiones en que le expliqué a alguien sobre mi pérdida de audición, la persona me comentó:
– Qué mal lo que te está pasando, pero es mejor quedarse sordo que ciego, ¿o no?
Si tienes discapacidad auditiva seguramente te has enfrentado a esta apreciación que los oyentes tienen y si eres oyente quizá pienses, “efectivamente yo preferiría perder la audición antes que la vista.”
Quizá has pretendido alguna vez que no ves. Basta con cerrar tus ojos o vendarlos y te darás cuenta de lo difícil que resulta para los invidentes vivir así. Pero en el caso de la audición, de nada sirve cubrir tus oídos pues aún así no podrás experimentar lo que es no oír.
Creo que ésta es una de las razones por la que las personas piensan que la pérdida de audición es preferible a la de la vista, porque no puedes saber lo que es perderla si no la pierdes.
Helen Keller quien era invidente y sorda, alguna vez dijo:
«Entre no ver y no oír sin ninguna duda es mucho peor no oír, pues no ver te incomunica con los objetos pero no oír te incomunica con las personas, y eso te convierte en un objeto.»
Pienso que las discapacidades son diferentes y que cada una representa un obstáculo para quien la sufre.
Y esto de imaginar qué es peor, quedarse sordo o ciego, espero que sólo nos sirva para valorar lo mucho que necesitamos de ambos sentidos para nuestra vida.
Bravo Lili
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Yo he estado las dos cosas… no sé a cuál irle!!!
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¡A ninguna ! Ambos sentidos son necesarios. Un abrazo.
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Como discapacitado pero en otro orden, lo primero que intentaron hacer hace mucho tiempo fue comparame, me trasladaron al centro de discapacitados y me mostraban gente con distintos tipos de problemas, algunos muy graves o muy serios, me sentí disconforme con mi medico y le dije que lo que nunca haría era compararme, hasta que llegó un hombre, yo tenía 18 años, ese hombre unos 38/42 años aprox. se lo veía muy perturbado, había perdido por un accidente doméstico las dos primeras falanges, de una mano, de los dedos mayor y anular, estaba tan mal ese hombre, que ahí aprendí que en discapacidad cada uno carga su propia mochila y es intransferible, superarte y ser digna/o es lo mejor que te puede suceder, no es fácil, nada lo es cuando pierdes aptitudes físicas y alejar resentimiento te hace valorarte aún más; de todas formas me gusto leerte.
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Gracias por compartir tu historia. Al igual que tú, pienso que para aceptar tu discapacidad y salir adelante, el camino no es comparando discapacidades . Para cada persona que tiene una discapacidad, ésta representa su reto. El propio.
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Ambos sentidos nos fueron dados para comunicarnos y adaptarnos al medio, es como decir ¿Qué es peor? ¿que te quiten un riñón o que te quiten un pulmón? Ambos tienen sus funciones específicas y vitales. Saludos
¿Donde puedo contactarla señorita Corona? ¿Tiene alguna red social? Gracias.
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Gracias por tu comentario. Me puedes contactar a través de Facebook, me encuentras cómo Después del Silencio. ¡Saludos!
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